A estas horas estaré de boda... Y celebrando el inicio de mi cumpleaños, ¡mis 26!
Pero quería dejar programado este post, ya que los 25 han sido un año de muchas cosas, mudanza, cambios, novedades y ¡blog! Así que comparto con vosotras este post porque dentro de todas las cosas buenas de este año (también ha habido malas, pero hoy ya las ¡¡olvido!!) una de ellas es el blog y la gente que he conocido con esto... Así que gracias por comentarios, mails y demás, y nos vemos con ¡mis 26 "puestos"!
Aqui os dejo con el look escogido para la boda a la que entraré con 25 años... Y como después tenemos fiesta con amigos, cambio de look, y esta vez ya con los 26! A ver qué os parecen los looks...
Un beso enorme y ¡feliz domingo!
A veces tienes esos días que hablas más de la cuenta y justo después de haber dicho la tonteria ya es demasiado tarde para rectificar.
Pues eso me pasó hace ya 1 mes y 10 días... Sí, llevo la cuenta porque justo hace 1 mes y 10 días, declaré que podría estar sin comprarme ropa hasta el ¡15 de julio! Fue por culpa de una apuesta perdida ya que negué que tuviera más de 40 camisetas blancas en el armario... Y sí, pude comprobar que sí.... Pero ¡¡son un básico!!
Así que sí... No me lo creo ni yo pero llevo todo este tiempo casi adorando vuestros post con las nuevas compras... ¡A veces hasta imagino que son las mías!
Últimamente lo llevaba mejor, hasta que hace unas semanas descubrí la nueva tienda que acababan de abrir al lado de mi trabajo... ¿Por qué? ¡¡¿¿Por qué justo al lado del trabajo??!!
Sandro es una firma francesa que describiría mi armario en épocas doradas. Veáse épocas doradas, como temporadas en las que no miro el extracto de la tarjeta, los “unos cuantos” básicos de armario se convierten en “unos demasiados y algo más” y no prometo cosas tontas como la que os he comentado...
Sandro presenta desde básicos, a vestidos con aires románticos, looks rockeros, militares, navy, formal, sport... También tiene una línea de accesorios y una colección para hombre, así que no puede ser más completa...
Ahora me falta cumplir mi tontería pasarme por la tienda cualquier mediodía y volver a olvidarme del momento en el que me llegue el extracto de la tarjeta...

